El monte llora llorando al ver que le cubre el lodo, pues
aunque no lo salpique tal vez lo haga de
otro modo.
Tienes las rejas prendidas en la fachada de casa.
Tienes temor a que digan que sales de madrugada.
No te importe nada niña lo que diga quien no sabe, pues
mirando la fachada piensa en ventana que se abre.
Por eso dice la copla que no te aflijas mi niña, pues quien
quiere hacerte daño lo hará en una u otra orilla.
Tal vez las piedras se encuentren siguiendo con la
corriente, pero no olvides mi niña, no maldecir a la gente.
Sí quieren decir, que digan.
Sí quieren vencer…, que venzan .
Y no te importe mi niña que salga cantando el son aquel que
de nada sabe y le brindan ocasión de tocar trompeta ajena… a modo de diversión.
Sigue los pasos mi niña y no olvides recordar que si camines
erguida… te intentarán agachar.
Y nunca tomes a mal ese granizo que daña, porque si así tú
lo hicieras… vencería la mala saña.
Descansa mirando al cielo y que no te importe más que seguir
por tu camino, sin nunca… mirar atrás.
Celia Àlvarez Fresno 7-01-2022
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