Paseaba por la calle
y desde el silencio comprendí la plegaria que manaba a través del cielo
despejado.
Las gentes recogidas, la vía desierta… y solamente las
gaviotas parecían decir con sus graznidos, que les aprieta el hambre. Porque ya
no hay desperdicio alguno vertido con disimulo en las aceras, por personas que
dejan parte de bocadillo para después.
No se escuchan los cantos alegres, y las gentes, sumidas en sus casas, casi atestiguan lo que
es el renacer de una conciencia nueva...
Pero mañana, cuando la algarabía vuelva y salga el Sol, este
tal vez no tenga transparencia por los humos vertidos desde Tierra, y
esta, dará un brillo nuevo en su
renacer.
Y las heridas de hoy… se cerrarán, y los cánticos nuevos,
cantarán, porque los seres humanos, olvidamos, para poder así, volver a vestir
las galas nuevas de la vida.
Celia Álvarez Fresno. 20-01-2022
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