Yo soñaba, cuando era niña,
en ser como esos pájaros que vuelan y se etiquetan de colores para lucir
su rumbo, entre el aire y las gotas.
Soñaba embelesada con los suspiros que nunca llegarían a mi
vida y sí, las risas, incluso carcajadas.
Soñaba con los Luceros del firmamento mientras me percibía
un lucero también; con Luz más tenue pero Lucero al fin.
Percibía cosquillas en el estómago cuando me asomaba a mi
futuro mientras mi madre me decía: “Nena… deja de soñar y ponte a hacer los
deberes, que con los sueños no vas a comer en el futuro”.
Y entonces yo, habría poquito a poco la ventana y volvía a
volar entre las Estrellas, y un día me encontré con una réplica de mí, al lado
de una nube. Me asusté. Pero Alguien me dijo que los vivientes somos seres
multidimensionales y podemos existir aquí y allá, a la vez.
Y los jardines se elevaron y las cuencas de los ríos siguen
su cauce y los seres humanos seguimos caminando con esa venda que cubre la
memoria de aquel tiempo sin tiempo que al nacer… alguien olvida que existe…
siendo Esencia infinita en los diversos Caminos de la Inmensidad.
Celia Álvarez Fresno 01-01-2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario