No. No estoy siempre con el ánimo elevado.
Algunas veces recuerdo el Alzheimer que padeció mi padre, y
ante cualquier olvido, me viene a la memoria esa enfermedad -como un martillo
que taladra-, y me dice que quizás un
día regrese cerca.
Algunas veces pienso que la vida no es solo ser creyente convencida
y me abarcan las penas del plano físico que martillean en el momento menos
esperado.
Algunas veces me duele el Alma porque la vida no es risa y
sí, un poco de todo.
Algunas veces flaqueo y me diluyo como un terrón de azúcar
en vez de hacer frente a ciertas circunstancias.
Algunas veces busco en la imaginación situaciones adversas
que podrían llegarme, pero que aún no me han llegado y eso, me impide ser
feliz.
Algunas veces dudo de mí misma y de tantas maravillosas
experiencias en donde el mismo Ser me hizo ver su existencia y con ella, la
Eternidad, de la que todos nosotros
formamos parte. Pero es la mente quien me nubla la Verdad, aunque realmente sé
lo que percibo y nuestra Vida después de la vida física, es indudable.
Algunas veces me abarca la sensación de vacío a la altura de
la boca del estómago, y tengo que poner ahí mis manos, que llenas de Energía,
calman la ansiedad.
Sí. Alguna vez -o muchas-, sufro; porque cuando estamos en
ese bello Camino del descubrimiento de nuestra Esencia de Luz, las Energías que
enturbian, llegan. Y yo aún con el padecimiento, les doy las gracias a las
tristezas, porque así, me “agarro” a Mí y me uno más a Ti, ser humano de la
Vida, porque juntos, subiremos las cuestas empinadas de la vivencia física.
Un abrazo que una Continentes.
Celia Álvarez Fresno 18-05-2021.
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