Intercedes por ti cuando
tus alas se rompen, y dejas de
volar.
Te enfurece la pena,
y el gozo cae en las derivas de los abismos, sin frontera, cuando te
abarca la decepción.
Persigues una ilusión y corres tras ella dejando pasar la
vida sin aprender de tantas cosas que ella representa.
Te incomoda la Aurora que nace, porque tal vez, aún vives
perdida en la noche de las nostalgias y las decepciones y siendo así, no miras
los destellos del Alba.
Te miras en un charco y ves negrura por el barro; pero un día… un día… aprendiste a mirar tu
reflejo de la Fuente clara y entonces, lavada la memoria, comenzaste un
aprendizaje nuevo de camino hacia Ti:
Y te volviste ese Sol naciente, que brillando entre las brumas, envía señales de Luces bellas, que
suenan a canción Eterna.
Y te enamoraste de la Luz… y es por ello que esta, te brinda
sus destellos para que ilumines regueros
de palabras, y gozos, y canciones que hablan de Amor y Eternidad.
Porque la Vida es como un corazón que late solo, pero que a
la vez… necesita latidos para que todo llegue a ser según trazados de la Existencia.
Celia Álvarez Fresno 24-07-2021
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