Cuando sientas desolación interior, aplácala desde la
percepción del Amor y bulle feliz.
Cuando tiemble tú sonrisa, abrázate a Ti.
Cuando te agobie la vida, vibra en Ti.
Extiende tus alas abarcando el Mensaje de Amor.
No huyas de los sentimientos, piensa… piensa y enhébrate con
la Luz.
Sé prudente, porque eres alguien que sin meditar, habla y
eso conduce a dudosa interpretación de Ti, siendo tu Ser, portador de Luz y
Amor, por ello has de ser consecuente con tu Luz interior.
Dicen las historias que un hombre alborotaba y se decía
tener el don de la Sabiduría.
Un día encontró a un anciano, que callado, se sentaba en la
orilla Del Río.
Y entonces, aquel que hablaba, le pregunta: ¿Cómo es que tú
no hablas? ¿Cómo es que solo miras callado?
Y él, silencioso, elevando la mirada, le contesta:
“Porque solo la meditación te lleva a Ti.
Porque solo la contemplación te invita a la reflexión.
Porque solo se ilumina la Luz, cuando el bullicio interior,
calla.
Porque la vida está plena de sonidos y ruido absurdo, y todo ello ha de ser acallado por
esa Mente superior, acostumbrada a ser cauta, a observar, sin emitir juicio
alguno.
Porque quien conoce su valor interior, sabe que ha de salvaguardarlo.
Sabe que no ha de venderlo ni comprarlo, si no descubrirlo y abrazarlo en sí
mismo.
Sabe que ha de mecerlo y alabarlo, aprender de él, y después
difundirlo sin pedirle al viento, nada. Porque la propia vida será quien le
otorgue ese festín de Amor que lleva el sentirse bien consigo mismo”.
Y entonces, la Mente,
junto al Alma, unidas en su Núcleo, iluminaron esos senderos, hasta abarcar el
razonamiento lógico de esa Razón, que analizando, le cuesta comprender.
Celia Álvarez Fresno 16-07-2021
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