Existen noches oscuras que el Espíritu nos invita a
transitar, y entonces el Alma llora y los ojos son un manantial, en su reflejo.
Ya no hay cánticos ni Luces de colores.
Todo es sombra.
Las inclemencias de la vida vienen a participar en el teatro
del día a día, y los ojos manan cántaros de sal:
“Aquel que me ha dañado, ¿por qué ya no me consultan
aquellas situaciones que un día me preguntaban? ¿Por qué prescinden de mí?
… ¿Por qué nadie me comprende? ¿Por qué nadie me valora?,
¿por qué a nadie le interesa mi sentir?”
Y te piensas sumido en tú soledad, solo acompañado de
tristes marañas; y te piensas envuelto en una encrucijada. Sin salida.
¡No hagas caso de esos pensamientos de derrota!
Somos ciudadanos de la vida física -dura con dureza-, y las
sombras parecen abarcarnos uno u otro día; y ahí, entre las oscuridades,
podemos sucumbir envueltos en sus tretas, o ascender con nuestros remos de Luz
interior, camino del Ser…del Amor.
No olvides que tú mismo tienes el salvoconducto para
emerger, entre los duros aprendizajes y decepciones y penas… esas que las
vivencias, uno u otro día, siempre nos muestran.
¡Ánimo!
Cree en Ti; aférrate al Timón de la Esperanza y ponle Amor
al aprendizaje de la Vida.
Celia Álvarez Fresno 2021
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