Trata de comprender desde el Alma y no huyas de Ti.
Los cielos son un espejismo cuando realizas tu vida en el
plano físico, ya que es inaccesible que
las conciencias se vistan de colores.
Cuando estableces vínculo con tu Esencia de Luz todo Es y
nada se diluye en la vivencia espiritual.
Echa el candado en tu corazón no cuando esté lleno sino
cuando dejes de amar, porque de nada sirve.
La plenitud de la vida no es una culminación, es un trayecto
recorrido.
Cuando la vivencia física concluye, el cielo no da noticias
de la existencia espiritual si no es que quien se manifiesta desea trasmitir
mensaje a quien le espera en el plano físico. Porque nadie muere para siempre
pero sí puede morir para aquel que presiente es así y ya no espera encontrarle
en vivencia alguna.
Las luces espirituales tienen diversos colores: Cuando la
inmensidad es alcanzada el color es dorado. Cuando la perfección le roza el
color es violeta. Cuando no alcanza perfección pero sí es elevado su color es
púrpura. Cuando no alcanza plenitud su color es gris. Cuando duerme el Alma embarrado
su color es oscuro pero nunca negro con negrura absoluta.
El color del Universo es brillante, transparente… y en él
pueden brillar todos los colores inimaginables que ojo humano jamás contempló.
El cielo no comienza. No termina. No tiene bordes.
El cielo es un estado y su visión a través del plano físico
es una pequeña porción de su realidad.
Templa el agua cuando le acecha el fuego, pero no se
perturba porque el fuego nunca alcanza culminar en el agua, es por ello que el
agua alimenta y el alimento verdadero nunca sucumbe.
Y el Amor es la Fuente de la que manan los ríos diversos de
la Vida.
Celia Álvarez Fresno. -04-08-2021
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